Debería arrancarme la piel, los ojos y la lengua y esperar a mutarme en un silencio húmedo. Dejar la voz dormir, mientras me excuso en las cuencas de los ojos. Sabrá la noche entonces, mientras me lame hasta mi plenitud y la de ella. Luego llegará la luz y volverá la misma piel, la misma lengua, los mismos ojos y esa palabra que tanto me mata.
|
Me ha encantado leerte.
ResponderEliminarAbrazos
wow, que fuerte poema! muy bueno!
ResponderEliminarwritingclaud.com