domingo, 30 de agosto de 2015



Dicen
que le han visto calle arriba,
fumando la ansiedad de aquel encuentro.
Dicen
que le han visto hablando solo
y que el eco llega hasta un pronombre.
Dicen
que en las noches se hace lobo
y aúlla lamentos interminables.
Dicen
que hoy no hay luna y llora la noche.



ASÍ

Escribo,
para coser la piel que se rasga.
Para ungir alguna lengua.
Escribo para convertirme en sal
y me devore el hielo.
Escribo también en tu boca,
cuando callas que me amas.
Escribo a dos manos,
como los mendigos piden.
Escribo para volar,
pero carezco del impulso
de tus alas.
Para hundirme en la tierra
y saber el olor de los muertos.
Escribo,
para sostener las horas
que encorvan mis dedos.
Y escribo para dividirme en dos
y enterrar la pena.


DECADENCIA


Más allá del vértigo,
cuando el grito cesa
comienzo a pensar
y me dignifico templando
el pecho.
Entonces...
quiero escribirte un poema
que hable del paso del tiempo.
Pero no sé.
A menudo,
se cruzan líneas en tu rostro
y me despisto.
Luego tu sonrisa cesa
y vuelve la sombra.
Tu saliva no responde
y ya no reverdecen los verbos
en presente.
Te acomodaste demasiado;
en cuclillas,
boca abajo,
pensativo
y es tu nuca, luna color plata,
donde se apagan los soles.


EFÍMERO


Las palabras y los hechos,
tienen fecha de caducidad.
Sólo hay un poema
que pueda hablar del tiempo,
será cuando el silencio
acuda a la memoria
y muera,
como mueren todos los números
del calendario,
a excepción que alguien
busque en la historia,
que dejan los hálitos
mientras nos vamos.