Ella tenía un vestido, cosído con tela de besos y lleno de palabras. Era rojo como su boca. Tenía una casa, una pradera, un gato y una cama. Ella tejía las nubes con los hilos de sus ojos; luego las colocaba en la cama. -Decía que preparaba el cielo- Cuando las voces del día callaban, bajaban las lunas; entonces… un huracán de emociones, formaba remolinos en su ombligo. Ella lo tenía todo. Tenía un amante. © Blanca |