domingo, 28 de julio de 2013

Resurgir


Baño la cordura,
ella me embadurna en trozos de cristal
que se clavan hasta el vértice.

Se ancla en mi ombligo,
me desazona,
me inclina hasta el éxtasis de lo impecable;
me cansa,
me ata.

Como riendas de un corcel
me adiestra,
me ahoga,
me arrastra hasta la efímera perfección inexistente.

El agua me reclama;
desnuda me baño en el,
limpio máscaras impuestas
y descubro la verdad,
ella está en el agua y la sal.

Quiero ser
inocua,
loca
y viva.

Entonces sonrío.
Y renazco en la libertad de las palabras.


©Blanca