Llevan los pájaros de septiembre, todas mis palabras en sus alas. Se harán rebeldes; aun así, construirán nidos en tu vientre. Con mi boca hilarán las líneas que no se escribieron. Porque el verano secó tu piel y mis manos. Somos pasto para ciegos. Se pararon las fuentes, se congeló el sauce que lloraba, se detuvo el tiempo, pero no mi palabra. Todo nuestro mundo… cabe ahí, en ese nido de tu ombligo. © Blanca |
Que hermoso! me encantan todos tus escritos. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Pipi.
EliminarUn placer tu lectura y comentario.
Saludos...