lunes, 16 de septiembre de 2013

Quimera

Hundo mi memoria
en lo efímero del tiempo,
con el afán de perpetuar
tu existencia
en esta lucha intemporal.


Combato con la fuerza de los leones,
rasgo velos de esperanzas
ingenuas que no volverán.

Me aferro a la añoranza
y me duele la piel
que no tocan tus manos.

Ya no veo tu sombra,
también debió caducar
como las hojas en otoño.

Eres cuerpo con poros
que transpiran olvidos.

Quise meterme en tus sueños,
estaban vacíos, sin dueño.

Los charcos de lluvia,
reflejan besos mojados
en gotas desvanecidas.

Me oprime el alma este desahogo
que no puedo compartir.

Y allí, en mi memoria vencida,
encuentro sin razones
que equivocan mi existir.

Quiero ser presencia en daga afilada,
que clave el tiempo y te deje ahí.

Existo porque tú estabas,
ahora vivo, sin existir.


© Blanca

4 comentarios:

  1. Es un bello poema. Lloras una ausencia de una forma bellísima.

    Un saludo, Blanca.

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    1. Hay versos, que sin querer se lloran y dejan su rastro en las letras.
      Muchas gracias M.
      Saludos de vuelta.

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  2. Es lo que tiene, meterse en sueños ajenos. Y hasta en los propios...
    Abrazos, compañera

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