Se confunde mi boca con el vino, celebrando la fiesta solitaria del recuerdo; unas sábanas perfectas, una noche extrema y un beso fuerte de manzana roja. La tersura, de tu piel morena ya olvidada en mis manos, calma la sed en este vino rojo que hace juego con mi boca. Tomo la copa en recuerdo de las estrellas que no volvieron. Ajados todos los pétalos del tiempo, son abono de rocío para cada madrugada. Estás en ese lugar sin un atisbo de luz. Me dejaste aquí, sin luna, sin sábanas húmedas y con el sudor de tu piel cuando respiro. © Blanca |
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