A sabiendas que ya no estás, yo escribo. Porque rendirse es no haber sentido y sentirte te hace más vivo.
Cuando la tinta moja
éste papel virgen, crecen enredaderas a lo largo de mi cuerpo. Suben hasta mi pelo y dejan libre mi cuello. Donde escribes, donde posas tu boca, donde versas mis besos, donde tus dedos tocan días concretos. Por eso hoy, he decidido beberme la noche. © Blanca Vicario |
Precioso...
ResponderEliminarRendirse es impensable para las luchadoras como nosotras.
Mil besos!