Tal vez… cuando el tiempo pase y el invierno llegue, cese la lluvia salada y corran caudales de agua fresca que humedezca las veredas solitarias. Tal vez… cuando el tiempo pase y el invierno llegue, ya no crezcan suspiros rotos que acompañan las ramas secas, y en ellas se posen ensueños de blanca nieve. Tal vez… mis dedos se ocien dibujando núcleos indefinidos en el cristal empañado. Arderá la hoguera, crepitará el frio en la extraña soledad de los rincones; será cuando me una, al calor de la llama con el peso de mis besos. © Blanca |
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