Viaje Surcas el mar de mi espalda en proa de un tiempo indefinido; un vaivén mueve volcanes marinos aumentando tus sentidos. No quiero luces de faro que orienten tu desvarió y ancle en otro destino. Aborda ese viaje conocido por la espalda hasta mi pelo. Te enredarás en él y cantaré para ti sin mitos de sirenas. Solo la sal de las mareas secará nuestros besos mojados, empapará el sudor en brillo de cristales y en ese instante, se eclipsará ese amago de locura, donde el velero sin luces de ningún faro, llegó hasta la cima en perpetuo deseo, guardándolo en el mar que llevaba un velero. © Blanca |
A buen tiempo y en tormentas de olas crecidas llega el velero a puerto... Hermoso poema Blanca...
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