Tú, ley de mi gravedad; me sostienes, me exploras, dejando todas mis aristas al influjo perfecto de tus dedos. Donde después de tu vuelo, me enredas como tela de araña al placer. Me invades. Te mezclas en ese vaivén de mariposas agitando las alas. Y reposas extasiado en el jugo de las palabras. Serena, diáfana y desnuda, soy néctar. Tú, me libas. ©Blanca |
Preciosa composición, con buen gusto y la delicadeza adecuada.
ResponderEliminarUn abrazo Blanca
Muchas gracias Toni, me alegra te haya gustado.
EliminarPara mí, es un placer que te acerques por aquí.
Un abrazo agradecido.