Hay mariposas por la mañana
que vuelven a parirse en el estómago; revolotean y recorren digestiones, esas que atoran la deglución de las palabras cuales quedan para otra vez. A veces cuando llega la noche se duermen, otras transitan en los sueños como el aire que respiro. Y… así, día a día mueren y nacen. Siempre estoy envuelta en seda. ©Blanca |
No hay comentarios:
Publicar un comentario