CINCUENTA
Las mujeres de medio siglo
somos sabias,
fluorescentes
como luna llena
en noche cerrada.
Las mujeres de medio siglo,
no vivimos en un cuento
y nos pintamos de rojo carmín
hasta el vestido.
Somos el azúcar y el café
de la mañana.
Después nos diluimos
para alcanzar todas las horas.
Las mujeres de medio siglo
somos sabias,
fluorescentes
como luna llena
en noche cerrada.
Las mujeres de medio siglo,
no vivimos en un cuento
y nos pintamos de rojo carmín
hasta el vestido.
Somos el azúcar y el café
de la mañana.
Después nos diluimos
para alcanzar todas las horas.
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