ETÉREO Te amé y no sabía de la muerte y que todos los principios tienen un final. Que los silencios abducen y secan; y que la saliva atora y engorda. Sólo tengo relojes y sonidos que me transportan en latas de cierre hermético, donde se gestan las letras que aún no sé escribir. Algún día, cuando la muerte no sea muerte y los silencios aborten, naceremos nuevos. Se abrirán las bocas, tejiendo tiempo. © Blanca
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