Él se sabía fuego entre las piernas y posaba palabras en mi boca. Anudaba los silencios como si nada y hacia guirnaldas de fiesta. Nunca hubo un tiempo mejor que el de su pecho; no existían los inviernos. Era fácil el frío, también me sabía fuego entre sus piernas. © Blanca |
Fantastica,sensual y ardiente,haces soñar con caricias y besos.Un placer leer lo que escribes querida amiga.
ResponderEliminarUfffffff, una maravilla.
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